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T'ANTA WAWA
Esta tradición es única y original de los andes Peruanos y especialmente en el Cusco, Puno, Ayacucho y Huancavelica ya que para la cultura andina la muerte es la continuidad de la vida, y una forma de relacionarse con los muertos es mediante las ofrendas, y el T’anta Wawa es una de las ofrendas que hasta hoy se ofrece a los que ya no están con nosotros.
Según el antropólogo Rossano Calvo Calvo: “El T’anta Wawa (pan bebe), simboliza el origen, el ser que nace y la degustación que se hace de la misma, en este instante, representa el declive”
Por su parte, el antropólogo Danilo Pallar del Moscoso indica: “Se sincretizan las costumbres incaicas y españolas: por eso las Wawas mantienen la vestimenta andina, pero ya se les exige ser bautizadas. La muerte en el mundo andino es continuidad, no hay resurrección como en la Iglesia Católica”.
Y es de esta imposición que nace la costumbre del bautizo de Wawas, el antropólogo Calvo indica que “no en vano se realizaba por estas fechas los famosos bautizos de las T’anta Wawas, en medio de una parodia, donde los padres con autorización del personaje que hacía de cura, después de echarle el agua bendita a la nueva hija, se la devoraban”.
Hoy en día los T’anta Wawas son una especie de muñecos construidos con masa de pan, adornadas con “caritas o mascaritas”, que decoran con grajeas y dulces que le dan belleza auténtica y estos son motivo de una celebración social donde los padres y compadres regalan a los hijos, ahijados y amigos dichos productos, como una expresión de afecto y amistad.
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